martes, 9 de febrero de 2010

LA OBEDIENCIA DE 6 A 12 AÑOS

LA OBEDIENCIA

CONSIDERACIONES PREVIAS.

  • A los 6 años, el niño/a es capaz de colaborar en casa.
  • Hacer algún que otro recado.
  • Responsabilizarse de sus cosas.
  • Gozar de cierto grado de autonomía.
  • Debemos inculcarles el hábito de obedecer.

ALERTA ANTE DETERMINADAS CONDUCTAS.

  • Desobediencia clara y rotunda: el niño/a se niega a cumplir nuestras órdenes o hace, precisamente, lo que le hemos prohibido desafiándonos.
  • Desobediencia “camuflada”:
Se hace el sordo/a
Dice que sí, pero no obedece
Busca excusas
Desobedece con comportamientos exagerados (golpea algo, da portazos, llora…)

¿POR QUÉ ES DESOBEDIENTE NUESTRO HIJO/A?

  • En ocasiones los padres/madres estamos más pendientes de ellos cuando se comportan de manera inadecuada. A menudo desobedecen para llamar nuestra atención.
  • Alrededor de los 8 años su capacidad de razonamiento se está desarrollando, por ello es normal que discutan las exigencias impuestas por sus padres.
  • Están ocupados en una actividad más placentera que la que le proponemos.
  • No oyen porque están distraídos con otra actividad.
  • No comprenden lo que le mandamos.
  • Están habituados a que acabemos haciendo por ellos lo que les pedimos.
  • Saben que les repetiremos varias veces la indicación, antes de que ellos respondan.


RECOMENDACIONES PARA FACILITAR LA OBEDIENCIA.
Antes de que desobedezcan:

  • Ofrecer opciones para que elijan una.
  • No dar demasiadas instrucciones a la vez.
  • Instrucciones claras.
  • Usar un tono de vos agradable.
  • Según la edad, explicar las razones por las que pedimos o prohibimos algo.
  • Establecer rutinas.
  • A partir de los 6 años podemos negociar las consecuencias del cumplimiento o incumplimiento, escuchando sus razonamientos, pero en caso de conflicto, los padres deciden.
  • Daremos las indicaciones de manera positiva.

En el momento que nos desobedecen:

  • Aunque estemos enfadados, debemos explicarles con objetividad y serenidad las ventajas de obedecer.
  • A veces el sentido del humor puede ayudarnos a solucionar situaciones tensas.
  • Asegurémonos de que haya entendido la orden.
  • Escuchémosle cuando intente dar una explicación, pero sin entrar en debate.
  • Retirarle los privilegios establecidos.
  • Utilizar “tiempo fuera”.
  • Retirar nuestra atención si contesta o hace gestos agresivos.
  • Dejar pasar un tiempo prudencial y repetir la orden.
  • Si la desobediencia implica acción peligrosa, pararemos físicamente la acción.


Olvera, Febrero 2010