Este curso nos propusimos un reto importante: planificar una organización sistemática de los juegos en el recreo
de manera que todo el alumnado tuviera la oportunidad de relacionarse y
expresarse con sus iguales a través del juego o utilizando éste como medio para
ensanchar y afianzar sus relaciones interpersonales.
Elaboramos un proyecto de innovación llamado "EL juego, motor de inclusión" en el que diseñamos
estrategias para “enseñar a jugar” a nuestro alumnado de una forma más pacífica y
autónoma, potenciando una educación integradora y socializadora.
El proyecto era ilusionante y esperanzador, pero los resultados han sido aún mejores. Los niños/as se han divertido y jugado más en el recreo. Además, hemos visto menos alumnos/as solos/as, sin saber qué hacer, a qué jugar o con quién relacionarse.
Pero detrás de todo esto hay un trabajo diario importante por parte de la maestra de Educación Física, Reme Flores, que cada recreo se encarga de organizar los juegos, repartir y recoger el material, planificar las sesiones siguientes... Por ello le agradecemos a esta maestra su trabajo extra para repartir diversión e ilusión a nuestro alumnado.
También tenemos que agradecerles a todos aquellos/as alumnos/as que hacen de árbitros en los recreos, haciéndose responsables del material y funcionamientos del juego.