viernes, 23 de mayo de 2014

EL FUEGO DE LA MEMORIA

La actividad se plantea como un ejercicio de retrospección, una vuelta al pasado, el recuerdo como una semilla literaria. Para evocarlo, pensamos en algún  objeto, música, olor...que nos trae a a la memoria un momento especial en nuestra vida. A pesar de la corta experiencia de nuestro alumnado, las producciones han sido emotivas..., ¡hasta las lágrimas!































EL TREN DE CARBÓN

Una mañana de Reyes, hará unos siete años, yo me desperté el primero, como siempre, y viendo los regalos bajo el árbol desperté a mis padres y a mi hermana, a voces. Cuando todos estábamos allí, abrimos los regalos. A mí sólo me trajeron dos. Cogí el más grande. Era una locomotora con sus raíles y cinco vagones, el del carbón, el restaurante, dos de pasajeros y el de cola. Después, me dispuse a abrir el otro y me preguntaba qué sorpresa me aguardaría. Nada más abrirlo me llevé un disgusto: ¡era carbón!. Mis padres y mi hermana se rieron de mí pero yo irritado contesté: “¡el carbón es para que el tren funcione!”. Lo recuerdo cada vez que veo carbón o la locomotora que aún la conservo. Lo recuerdo.

ANTONIO MANUEL  

COCA-COLA

La canción de la Coca-Cola me recuerda al 31 de diciembre de 2012, cuando mi madre dio a luz a mi hermano Alberto. Es lo mejor que me ha pasado hasta ahora, en la vida.
Jugamos mucho, es muy inteligente porque abre las puertas, dice algunas palabras. Cuando quiere cosquillas, me señala los pies...

ALEJANDRO


LA RADIO

Yo siempre que veo su radio del Madrid, me acuerdo de mi abuelo porque él siempre la cogía para escuchar el fútbol. El otro día la vi y otra vez, me recordó a mi abuelo, entonces la cogí para escuchar, yo también, el fútbol.

ISRAEL


CANCIÓN

Hay una canción tranquila y dulce que cada vez que la escucho me acuerdo de los momentos que he vivido con mi abuelo porque era muy amable. Siempre que la escucho, deseo que esté a mi lado y pienso que me gustaría vivir con él, muchos años más de mi vida.

MARTA PÉREZ


FUTBOLÍN

Este es mi recuerdo de cuando era pequeño: yo jugaba con mi hermano todos los días al futbolín; aunque era viejo, a mí me gustaba mucho jugar con él. Un día, mi abuela me dijo que lo tirara pero yo le dije que no. Fuimos a comprar chuches y cuando volví a mi casa, no encontré el futbolín, mi abuela lo había tirado. Yo me di cuenta, entonces, de que tenía que hacer otras cosas porque ya me hice más grande. En mi casa tengo una foto en la que salgo con mi futbolín.

JUAN RIVERA


LA CAMISETA DEL SEVILLA

Una mañana de verano, en Guadalmar, me levanté de mi cama, desayuné, me vestí y me salí al césped. Mis amigos me llamaron para ensayar un espectáculo que le haríamos a todos los vecinos, por la tarde. Cuando llegó el momento, yo hice de DJ y también, bailé. Después de dos horas, el espectáculo terminó y todos mis amigos me hicieron un regalo que me encantó: mi primera camiseta del Sevilla. Al día siguiente, me tenía que venir a Olvera y todos los que hicieron el espectáculo conmigo me esperaron en la puerta del coche para despedirme.

ANTONIO JOSÉ


LA FOTO

Me dijeron que iba a tener dos primas mellizas pero se murieron. Ahora tengo dos primos: un niño y una niña. Los quiero a todos mucho. Me acuerdo cuando veo sus fotos.
CARMEN


EL MARTILLO DE JUGUETE

Cuando tenía tres o cinco años tuvimos que hacer un teatro de Navidad. Estaba muy nerviosa porque me iba a montar por primera vez en el escenario de la Casa de la Cultura. El personaje que me tocaba era la enfermera Merche porque habían sustituido a Melchor, de los Reyes Magos, por una enfermera. María y Rubén eran Gaspar y Baltasar que no paraban de llamarme Merche, de broma. El traje me lo dejó una niña de Algodonales, de la clase de mi madre. También estaba enfadada porque yo quería hacer de Virgen María pero al final, se lo dieron a Ana Pérez y el papel de José, a Carlos. Yo tenía que decir dos frases: “Me llamo Merche y soy enfermera”. Luego otro niño decía algo y yo añadía:”Rápido, traigan agua caliente para el niño”.
Cuando miro el martillo de mi maletín de médico, siempre me acuerdo de ese teatro.

ELENA


LA FOTO

Mi padre me recogió de la casa de mi prima y fuimos corriendo al hospital. Al entrar en la habitación vi a un bebé chiquito, pequeño, en una cuna de plástico transparente. Empecé a llorar de alegría, no me lo podía creer, una hermanita. La cogí y la mecí en mis brazos, estaba guapísima. No tardaron las visitas y los regalos para mi hermana. Ahora me acuerdo gracias a una foto en la que salimos ella y yo. Fue lo más bonito de mi vida, sobre todo cuando la tuve entre mis brazos.

MIRIAM


LA ABEJA MAYA

Yo me acuerdo de cuando era pequeña que me compraron un carro con un muñeco y cuando estaba en el campo jugando con mis puzzles y con el carro y mi muñeco, echaron la abeja Maya por la tele.

EVA


LA FOTO

Fue un día de verano y aquella mañana fui de cacería. Cuando llegué al coto, bajé a los perros del carro y los cazadores cargaron las escopetas. Cuando ya llevábamos un rato andando, mi perro echó un conejo. Juan Manuel disparó pero no le dio al conejo, mató a mi perro; los plomos le entraron por los pulmones y se murió. Lo recuerdo cuando veo la foto de mi perro Euro.

JUAN


ESQUINA

Un día de lluvia, mi madre y mi hermano me recogieron del campo de fútbol. Cogimos el coche y cuando íbamos a girar en una esquina, el coche resbaló y casi nos chocamos. A mi madre le dio tiempo de frenar, si no, hubiera sido peor. Desde aquel día, siempre que paso por allí lo recuerdo...y ¡algunas veces tengo miedo de que me vuelva a pasar otra vez!

JOSÉ


CANCIÓN

Estaba yo en el coche con mi madre jugando al veo-veo, yo ganando, y de repente sonó: “tenía tanto que darte, tantas cosas que contarte, tenía tanto amor guardado para ti”. Para mí, esa canción representa lo que yo quiero a mi madre y dije: “te la dedico”. Desde entonces, cada vez que la escucho, me acuerdo de ese día.

LAURA


LA FOTO

Un 26 de mayo de 2013, desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche, fue un día muy especial para mí. Fue un día muy especial porque fue el día de mi comunión: ese día me peiné, me vestí, lo celebré y todo ese tiempo todo el mundo echándome piropos y eso a mí me encanta. Ese día nunca se me olvidará y lo recuerdo cada vez que veo mi bicicleta rosa.

MARÍA


HELADO

Ese recuerdo me viene de hace unos tres años, cada vez que veo un helado: un día fui a casa de mis abuelos, a la hora de merendar. Una vez allí, le di un beso a mi abuelo y él me preguntó si quería ir al Frena con él. Al llegar allí, pedí un helado y él, un café y nos divertimos mucho. Al día siguiente volvimos a ir otra vez y pedimos lo mismo. Así ocurrió muchas veces más. Una tarde mis padres llegaron de casa de mis abuelos y me contaron una mala noticia:
- Juan Francisco, ahora vamos a vivir a casa de la abuela Pilar para que no se quede sola y no le preguntes por el abuelo porque ya está en el cielo.
Desde aquel día lo recuerdo.

JUAN FRANCISCO


LA FOTO

Me acuerdo de cuando me mordió el perro de mi abuelo cuando tenía dos años. Me acuerdo de eso porque tengo la cicatriz y cuando me la veo en el espejo, me recuerda esos tiempos cuando yo empecé a andar. Me mordió porque era un poco viejo y porque le cogí la pelota para jugar. Yo a él no le gustaba.

NEREA


PALABRAS

Es un recuerdo especial porque ella me quería mucho y yo también a ella. Cuando tenía cinco años fue cuando falleció mi bisabuela. Era por la tarde cuando llamó mi abuela que vivía con ella y le dijo a mi madre que había muerto. Cuando vamos a la plaza casi siempre nos acercamos al cementerio para dejarle flores y recordarla. Y está siendo un recuerdo muy difícil de olvidar porque cuando dicen las palabras “muerte y falleció” me recuerdan a ella. También me ocurre cuando veo a una familia.

GUSTAVO


LA FOTO

Cuando yo tenía cuatro años, mi madre cortando jamón, se cortó con un cuchillo. Fue a llamar a la vecina y yo cerré la puerta. Mi tío Pollo quería entrar, saltando por el patio de la vecina pero mi perro le ladraba porque creía que me iba a hacer daño. Al final, mi tío no entró. Llamaron a mi padre al bar y como él tenía las llaves, abrió la puerta. Yo estaba llorando porque estaba sola. Recuerdo todo eso cuando veo la foto de mi perra Kela.

LARA


EL POLLO

Fue la comida más buena que había comido después de la paella. Al principio, yo no quería probarlo porque tenía un aspecto raro. Mi madre me insistió en que lo probara. Para que se callara, lo cogí y le di un bocadito. Cuando noté ese sabor en la boca, me pareció delicioso. Le dije a mi madre que estaba muy bueno. Desde entonces, el pollo se ha convertido en la mejor comida para mí. Nunca olvidaré la primera vez.

ANTONIO JESÚS


LA MUÑECA

Mi abuelo me regaló mi primera muñeca cuando yo tenía tres años. Yo, en ese momento, no la apreciaba pero ahora que soy más grande, la tengo en mi cama. Cuando mi madre hace limpieza de juguetes, le digo que no me la tire porque me recuerda a mi abuelo.

ANA


LA FOTO

Fue un sábado. Fui con mi padre y mi madre porque nació mi primo. De chico era muy guapo y lloraba sin parar. Cuando llegó a Olvera me fui con mi tía a su casa. Cuando pusieron al niño en la cuna yo le hacía tonterías y se reía. Fue para mí un día muy feliz.

ANTONIO


FLOPI

Un recuerdo desagradable que tengo es cuando se me perdió Pulpi, un peluche. Me acuerdo de él cuando veo a Flopi, un peluche que tengo ahora y que se le parece. Flopi es azul y Pulpi era rojo pero aún así me recuerda a él.

OLMO


EL AVIÓN

Tenía cinco años: recuerdo que tenía que viajar en avión y a mí me daba miedo los aviones pero delante de mi asiento había un niño con el que comencé a hablar. El avión despegó y el niño siguió hablando y yo también, y no me di cuenta ni de que habíamos despegado. Ese niño me quitó el miedo a los aviones. Cada vez que veo un avión, me acuerdo de ese momento.

MARTA VALIENTE