

EL
TREN DE CARBÓN
Una
mañana de Reyes, hará unos siete años, yo me desperté el primero,
como siempre, y viendo los regalos bajo el árbol desperté a mis
padres y a mi hermana, a voces. Cuando todos estábamos allí,
abrimos los regalos. A mí sólo me trajeron dos. Cogí el más
grande. Era una locomotora con sus raíles y cinco vagones, el del
carbón, el restaurante, dos de pasajeros y el de cola. Después, me
dispuse a abrir el otro y me preguntaba qué sorpresa me aguardaría.
Nada más abrirlo me llevé un disgusto: ¡era carbón!. Mis padres y
mi hermana se rieron de mí pero yo irritado contesté: “¡el
carbón es para que el tren funcione!”. Lo recuerdo cada vez que
veo carbón o la locomotora que aún la conservo. Lo recuerdo.
ANTONIO
MANUEL
COCA-COLA
La
canción de la Coca-Cola me recuerda al 31 de diciembre de 2012,
cuando mi madre dio a luz a mi hermano Alberto. Es lo mejor que me ha
pasado hasta ahora, en la vida.
Jugamos
mucho, es muy inteligente porque abre las puertas, dice algunas
palabras. Cuando quiere cosquillas, me señala los pies...
ALEJANDRO
LA
RADIO
Yo
siempre que veo su radio del Madrid, me acuerdo de mi abuelo porque
él siempre la cogía para escuchar el fútbol. El otro día la vi y
otra vez, me recordó a mi abuelo, entonces la cogí para escuchar,
yo también, el fútbol.
ISRAEL
CANCIÓN
Hay
una canción tranquila y dulce que cada vez que la escucho me acuerdo
de los momentos que he vivido con mi abuelo porque era muy amable.
Siempre que la escucho, deseo que esté a mi lado y pienso que me
gustaría vivir con él, muchos años más de mi vida.
MARTA
PÉREZ
FUTBOLÍN
FUTBOLÍN
Este
es mi recuerdo de cuando era pequeño: yo jugaba con mi hermano todos
los días al futbolín; aunque era viejo, a mí me gustaba mucho
jugar con él. Un día, mi abuela me dijo que lo tirara pero yo le
dije que no. Fuimos a comprar chuches y cuando volví a mi casa, no
encontré el futbolín, mi abuela lo había tirado. Yo me di cuenta,
entonces, de que tenía que hacer otras cosas porque ya me hice más
grande. En mi casa tengo una foto en la que salgo con mi futbolín.
JUAN
RIVERA
LA
CAMISETA DEL SEVILLA
Una
mañana de verano, en Guadalmar, me levanté de mi cama, desayuné,
me vestí y me salí al césped. Mis amigos me llamaron para ensayar
un espectáculo que le haríamos a todos los vecinos, por la tarde.
Cuando llegó el momento, yo hice de DJ y también, bailé. Después
de dos horas, el espectáculo terminó y todos mis amigos me hicieron
un regalo que me encantó: mi primera camiseta del Sevilla. Al día
siguiente, me tenía que venir a Olvera y todos los que hicieron el
espectáculo conmigo me esperaron en la puerta del coche para
despedirme.
ANTONIO
JOSÉ
LA
FOTO
Me
dijeron que iba a tener dos primas mellizas pero se murieron. Ahora
tengo dos primos: un niño y una niña. Los quiero a todos mucho. Me
acuerdo cuando veo sus fotos.
CARMEN
EL
MARTILLO DE JUGUETE
Cuando
tenía tres o cinco años tuvimos que hacer un teatro de Navidad.
Estaba muy nerviosa porque me iba a montar por primera vez en el
escenario de la Casa de la Cultura. El personaje que me tocaba era la
enfermera Merche porque habían sustituido a Melchor, de los Reyes
Magos, por una enfermera. María y Rubén eran Gaspar y Baltasar que
no paraban de llamarme Merche, de broma. El traje me lo dejó una
niña de Algodonales, de la clase de mi madre. También estaba
enfadada porque yo quería hacer de Virgen María pero al final, se
lo dieron a Ana Pérez y el papel de José, a Carlos. Yo tenía que
decir dos frases: “Me llamo Merche y soy enfermera”. Luego otro
niño decía algo y yo añadía:”Rápido, traigan agua caliente
para el niño”.
Cuando
miro el martillo de mi maletín de médico, siempre me acuerdo de ese
teatro.
ELENA
LA
FOTO
Mi
padre me recogió de la casa de mi prima y fuimos corriendo al
hospital. Al entrar en la habitación vi a un bebé chiquito,
pequeño, en una cuna de plástico transparente. Empecé a llorar de
alegría, no me lo podía creer, una hermanita. La cogí y la mecí
en mis brazos, estaba guapísima. No tardaron las visitas y los
regalos para mi hermana. Ahora me acuerdo gracias a una foto en la
que salimos ella y yo. Fue lo más bonito de mi vida, sobre todo
cuando la tuve entre mis brazos.
MIRIAM
LA
ABEJA MAYA
Yo
me acuerdo de cuando era pequeña que me compraron un carro con un
muñeco y cuando estaba en el campo jugando con mis puzzles y con el
carro y mi muñeco, echaron la abeja Maya por la tele.
EVA
LA
FOTO
Fue
un día de verano y aquella mañana fui de cacería. Cuando llegué
al coto, bajé a los perros del carro y los cazadores cargaron las
escopetas. Cuando ya llevábamos un rato andando, mi perro echó un
conejo. Juan Manuel disparó pero no le dio al conejo, mató a mi
perro; los plomos le entraron por los pulmones y se murió. Lo
recuerdo cuando veo la foto de mi perro Euro.
JUAN
ESQUINA
Un
día de lluvia, mi madre y mi hermano me recogieron del campo de
fútbol. Cogimos el coche y cuando íbamos a girar en una esquina, el
coche resbaló y casi nos chocamos. A mi madre le dio tiempo de
frenar, si no, hubiera sido peor. Desde aquel día, siempre que paso
por allí lo recuerdo...y ¡algunas veces tengo miedo de que me
vuelva a pasar otra vez!
JOSÉ
CANCIÓN
Estaba
yo en el coche con mi madre jugando al veo-veo, yo ganando, y de
repente sonó: “tenía tanto que darte, tantas cosas que contarte,
tenía tanto amor guardado para ti”. Para mí, esa canción
representa lo que yo quiero a mi madre y dije: “te la dedico”.
Desde entonces, cada vez que la escucho, me acuerdo de ese día.
LAURA
LA
FOTO
Un
26 de mayo de 2013, desde las siete de la mañana hasta las nueve de
la noche, fue un día muy especial para mí. Fue un día muy especial
porque fue el día de mi comunión: ese día me peiné, me vestí, lo
celebré y todo ese tiempo todo el mundo echándome piropos y eso a
mí me encanta. Ese día nunca se me olvidará y lo recuerdo cada vez
que veo mi bicicleta rosa.
MARÍA
HELADO
Ese
recuerdo me viene de hace unos tres años, cada vez que veo un
helado: un día fui a casa de mis abuelos, a la hora de merendar. Una
vez allí, le di un beso a mi abuelo y él me preguntó si quería ir
al Frena con él. Al llegar allí, pedí un helado y él, un café y
nos divertimos mucho. Al día siguiente volvimos a ir otra vez y
pedimos lo mismo. Así ocurrió muchas veces más. Una tarde mis
padres llegaron de casa de mis abuelos y me contaron una mala
noticia:
-
Juan Francisco, ahora vamos a vivir a casa de la abuela Pilar para
que no se quede sola y no le preguntes por el abuelo porque ya está
en el cielo.
Desde
aquel día lo recuerdo.
JUAN FRANCISCO
LA
FOTO
Me
acuerdo de cuando me mordió el perro de mi abuelo cuando tenía dos
años. Me acuerdo de eso porque tengo la cicatriz y cuando me la veo
en el espejo, me recuerda esos tiempos cuando yo empecé a andar. Me
mordió porque era un poco viejo y porque le cogí la pelota para
jugar. Yo a él no le gustaba.
NEREA
PALABRAS
Es
un recuerdo especial porque ella me quería mucho y yo también a
ella. Cuando tenía cinco años fue cuando falleció mi bisabuela.
Era por la tarde cuando llamó mi abuela que vivía con ella y le
dijo a mi madre que había muerto. Cuando vamos a la plaza casi
siempre nos acercamos al cementerio para dejarle flores y recordarla.
Y está siendo un recuerdo muy difícil de olvidar porque cuando
dicen las palabras “muerte y falleció” me recuerdan a ella.
También me ocurre cuando veo a una familia.
GUSTAVO
LA
FOTO
Cuando
yo tenía cuatro años, mi madre cortando jamón, se cortó con un
cuchillo. Fue a llamar a la vecina y yo cerré la puerta. Mi tío
Pollo quería entrar, saltando por el patio de la vecina pero mi
perro le ladraba porque creía que me iba a hacer daño. Al final, mi
tío no entró. Llamaron a mi padre al bar y como él tenía las
llaves, abrió la puerta. Yo estaba llorando porque estaba sola.
Recuerdo todo eso cuando veo la foto de mi perra Kela.
LARA
EL
POLLO
Fue
la comida más buena que había comido después de la paella. Al
principio, yo no quería probarlo porque tenía un aspecto raro. Mi
madre me insistió en que lo probara. Para que se callara, lo cogí y
le di un bocadito. Cuando noté ese sabor en la boca, me pareció
delicioso. Le dije a mi madre que estaba muy bueno. Desde entonces,
el pollo se ha convertido en la mejor comida para mí. Nunca olvidaré
la primera vez.
ANTONIO
JESÚS
LA
MUÑECA
Mi
abuelo me regaló mi primera muñeca cuando yo tenía tres años. Yo,
en ese momento, no la apreciaba pero ahora que soy más grande, la
tengo en mi cama. Cuando mi madre hace limpieza de juguetes, le digo
que no me la tire porque me recuerda a mi abuelo.
ANA
LA
FOTO
Fue
un sábado. Fui con mi padre y mi madre porque nació mi primo. De
chico era muy guapo y lloraba sin parar. Cuando llegó a Olvera me
fui con mi tía a su casa. Cuando pusieron al niño en la cuna yo le
hacía tonterías y se reía. Fue para mí un día muy feliz.
ANTONIO
FLOPI
Un
recuerdo desagradable que tengo es cuando se me perdió Pulpi, un
peluche. Me acuerdo de él cuando veo a Flopi, un peluche que tengo
ahora y que se le parece. Flopi es azul y Pulpi era rojo pero aún
así me recuerda a él.
OLMO
EL AVIÓN
EL AVIÓN
Tenía
cinco años: recuerdo que tenía que viajar en avión y a mí me daba
miedo los aviones pero delante de mi asiento había un niño con el
que comencé a hablar. El avión despegó y el niño siguió hablando
y yo también, y no me di cuenta ni de que habíamos despegado. Ese
niño me quitó el miedo a los aviones. Cada vez que veo un avión,
me acuerdo de ese momento.
MARTA
VALIENTE