Hemos tenido la suerte de contar con los carteros reales más mágicos, geniales y reales que existen. Aunque estaban un poco despistados y les costó encontrar el cole, aparecieron por las ventanas por arte de magia. Pudimos entregarle nuestras cartas llenas de deseos y sobre todo, nos partimos de risa, con sus ocurrencias, sus canciones y sus bailes. Muchas gracias un año más por hacernos felices.